miércoles, 5 de octubre de 2011

Comentario de Iciar Muñoz. Loma, abril de 2011

Una mañana de primavera en campos de Castilla, un serenos silencio apenas roto por algún pájaro cantor, una fosa común con veinticuatro esqueletos humanos unos sobre otros, impecable como para una exposición, un grupo de gente trabajando con mimo ultimando detalles, otro grupo de gente, familiares, contemplando con dolor a sus seres queridos y con agradecimiento a todas las personas que allí realizan un trabajo artístico, porque esta fosa, con estos esqueletos, parece una obra de arte dramático, que nos impacta, que nos interpela, que hace que el dolor detenido durante tanto tiempo fluya suave, con lágrimas lentas, que nos pregunta con radicalidad, ¿qué es más valioso que la vida? Y en nuestro interior allí donde Santa Teresa dice que habita es alma, ésta se espanta ante tanta locura, porque no hay nada absolutamente nada que la justifique.

Es nuestra historia, la historia completa que no debemos olvidar, que no debemos callar. Es una realidad que un día ocurrió, que no debe ocurrir nunca más, en ningún lugar.

Gracias a todos los que habeis hecho posible, que hoy, en esta fosa viendo más allá de lo visible palpemos la tragedia de veinticuatro civiles camino de una muerte anunciada, en la flor de una vida que les fue robada y sintamos cercano el momento de reunirles con la familia que tanto les quiso, en su cementerio, que sus nombres salgan del anonimato y el olvido y ocupen el lugar que les corresponde en la historia, el lugar de las víctimas, porque estas víctimas son solo eso víctimas, sean del color que sean sus ideas.

Gracias Inés, Directora de Derechos Humanos, tu presentaica confortaba este silencio puro lleno de paz ¿Cuál es su origen?  

Iciar Muñoz.   Loma 27 de abril de 2011.